Ayer comencé hablando de mi hermano pequeño, hoy le toca al otro... no es el mayor, ese rango lo ostento yo, es el mediano. De este no puedo decir que recuerde cuando me contaron que vendría porque era muy pequeña, pero si me vienen flashes de cuando nació y poco después. Sentía una mezcla entre quererle más que a nada y querer matarle por si me robaba mi trono. No tenía tres añitos cuando compraron a mí hermanito en un "Mamut" muy grande.
Cuenta la leyenda que me pillaron tratando de tirarle de la cama disimuladamente a culazos unas cuantas veces cuando era un bebé... pero viendo las fotos de cuando eramos peques me cuesta creermelo. Le miro con una carita de admiración que parece mentira que pocos meses antes hubiera tratado de deshacerme de él,... de ese niño que en imágenes cuido con esa cara de quererle tanto.
De pequeños jugamos mucho, y nos peleamos más. Me tiraba del pelo, y yo por miedo a hacerle daño (que yo era más grande en algún momento de la historia) solo le agarraba. Jugábamos a los tazos, pero el que perdía siempre decía que habíamos dicho que era "a la mentira", jugábamos a ser mi padre y trabajar... yo me pedía ser la jefa, si había dos juegos elegidos el mío primero; todos sabemos que para el segundo nunca hay tiempo. Visto así y tras enumerar ciertas cosas pienso que siempre he sido un tanto "mangoenadora".
Pese a las peleas, sabemos que nos queremos, somos hermanos! la pelea es básica para reforzar cimientos del amor fraternal. Ahora que somos mayores ya no peleamos, sería gracioso vernos agarrados por los pelos... surrealista.
Y es que Fer tiene un pronto fuerte y la boca ligera pero un corazón gigante...
Una palabra fuera de lugar sobre alguno de mis hermanos me hace comenzar a arder,..., y es que mi debilidad por ellos... (supongo que es así cuando se tienen hermanos... no lo sé, yo sé que mis hermanos son para mí mi punto débil y fuerte a la vez)
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