viernes, 23 de julio de 2010


Hay veces que me vuelvo tremendamente egoísta. Querer algo y que se tuerza un poco me hace sentirme tan mal que me enfado y rabio contra aquel que no puede cumplir con mi deseo, no por gusto sino por hacer frente a sus obligaciones. Sé muy bien que no es justo, pero cuando entro en ese sentimiento de no tener lo que quiero, de sentirme en un plano secundario, mi reacción es mecánica. No quiero entrar en el: soy así, es tan solo una excusa de los que no quieren hacer ningún esfuerzo en variar sus conductas porque les es más cómodo mantenerse en su posición. Puede que en esas reacciones haya ramalazos de mí, pero no es nada que no deba ni pueda cambiar. Lo que en un inicio me gustaría modificar es cortar ese sentimiento de nostalgia dramática que me entra justo antes de reaccionar con el enfado, si consiguiera limar eso el siguiente paso sería mucho más sencillo de controlar.

Son resquicios de mi Yo caprichoso, pero también de esa Leire que siente todo el Ahora no puedo (se me ha liado la cosa) como una pérdida de importancia, a quien se le hace un mundo el tiempo de hoy al domingo sin verte..

Y si estos días estaba siendo de plastilina, hoy soy de cristal... no sé qué es lo que me hace tan sensible estos días. Por qué tengo constantemente un nudo en el pecho, a ratos un nudo dulce y otros momentos no tan dulce.

2 comentarios:

  1. REinaª!!!!!!!mi niña!! animate...esa sensación es pasajera. Esta semana que entra voy a estar por tu tierra,y me encantaria poder verte,mis padres quieren pasar un dia en Donosti..asi que...igual...si puedes...y quieres....no se...voy a estar toda la semana por la zona de DEba.Me encantaria verte al fin!

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