jueves, 27 de octubre de 2011

¿Cuántas veces es uno mismo el que se limita? Si tengo un hándicap esa es mi inseguridad. Nada que ver con mi pasado de mirada al suelo, ha mejorado con los años pero no ha desaparecido, forma parte de mi manera de ser y ahí seguirá.







Hay veces que lo más pequeñito cuesta si se tiene ese pánico a hacerlo mal. Y nos pesa lo que no nos debería pesar. Pero bueno, debemos hacernos grandes y echarnos adelante...












Miedo a hacer las cosas mal tenemos todos, ya sé que no soy la única (aunque siempre tiendo a sentir que sólo yo vivo las cosas). No hay nada que se sepa hacer sin cometer ni un solo error en el camino. A veces creo que se espera y que se da por hecho que tengo que saber hacer cosas que no sé pero en realidad sólo yo lo pienso. A una persona así lo que le da tranquilidad es seguir órdenes, hacer lo que le dicen y como se lo dicen. Me da seguridad seguir un guión, clavarlo, que no haya margen de improvisación; por si acaso la cago.






Este obstáculo me hace sentir pequeña y vivir limitada. Consigo con ello estancarme, no avanzar, me siento segura en mi lugar, no me apetece salirme de mi eje. Al final todo tiene que ver con el miedo a hacer el ridículo, de quedar en mal lugar.


Soy consciente de que me viene bien verme en la obligación de salirme de la línea, de perderme y tener que inventar, es precisamente la sensación de que lo haré mal la que consigue que lo haga mal... me bloqueo. No es difícil pensar: ¿Qué pasa si fallo? Alguien lo corregirá y punto. Lo que me asusta de hacer algo mal es que siento que fallando dejaré al descubierto que no sé. Bueno, un pensamiento cíclico, una pescadilla que se muerde la cola, otra más.





Estaría bien perder los temores por un día, y aprender esas 24h lo que se avanza si
n miedos, lo que se corre sin lastre. No hay varita mágica (esa la tiene Rajoy para eliminar el paro) así que tendremos que conformarnos con poseer el valor para enfrentarnos a los miedo y hacer aquello que nos intimida. Después de todo, a la quinta vez dará menos cosa hacer algo, incluso equivocarse.