jueves, 8 de julio de 2010

MI HERMANO PEQUEÑO


Hoy me he acordado del día en que me enteré de que tendría un hermano nuevo. Era el verano de 1994, tenía 9 años, y yo me sentía tan mayor... pero era pequeñaja. Me fui al campamento de verano con toda la emoción de guardar el secreto del embarazo de mi madre hasta que hubiera pasado un poco más de tiempo, y me costó no contárselo a todo el mundo. Tenía verdadera fe en que llegase una hermanita, y al inicio no se veía nada en las ecografías así que me confié en que podía ser. Un día acompañé a mi madre a una eco, y en ella descubrieron que sería un chico, me llevé un disgusto enorme, una llorera de horas pensando que no tendría una niña en casa, que tendría otro tormento como mi otro hermano (que le quería mucho, pero nos peleábamos hasta la muerte, y yo quería una niña).

La espera fue larga, y el día que llegué con mi abuela y mi madre ya se iba al hospital, ¡Qué nervios! Al día siguiente hicimos pira del cole para conocer al nuevo. Mi hermano Fernan y yo no veíamos el momento de llegar a la habitación y coger en brazos al pequeñín, con ese pelito negro y esos pedazo de ojos abiertos que le ocupaban media cara.

Cuando era un bebé deseaba que corriera el tiempo y le salieran dientes para poder regalarle aspitos y palotes, pero en cuanto pude hacerlo no es que se convirtiera en nada habitual. Él se empeñaba más en que le comprara "una cosita del todo a cien"... le encantaba ese sitio en el que por 100 pelas le daban un juguete, o algo para la casa que él usaba para jugar. Si se ponía a llorar yo le ofrecía coger alguna cosa mía para él, aprendió el truco y entre lágrimas (más o menos reales) me decía que quería una cosa de mi habitación... me chantajeaba.

Parece que fue ayer cuando le veía jugando con sus herramientas por la casa, cuando el balón le llegaba por la rodilla, cuando se lanzaba con los ojos cerrados a toda ostia con el tacataca por el pasillo contra las paredes. Iba enganchado de Fer todos los días a la pista donde iba con sus amigos a jugar a fútbol. A partir de ahí no soltó más el balón.



Estos días he ido a verle jugar un torneo, y yo que voy de que el fútbol me da igual no puedo evitar saltar cuando marca, cuando le agarran o cuando el arbitro no pita lo que yo pitaría (con mi super conocimiento de las reglas futbolísticas). Soy su fan, de su juego, de sus caras,de su chulería y de todo lo suyo, porque es mi hermanito, y aunque me saque ya 20 cm siempre será pequeño en mi mente, mi concepto de Javi es: el pequeñín.

Ha crecido tanto,... es un claro ejemplo de lo rápido que pasa el tiempo, de como crecemos todos en todos los sentidos.


Ahora que crece, me doy cuenta del miedo que me da que salga al mundo. Soy una paranoica controladora, me aterra que lleguen para el ciertas cosas que soy consciente de que algún día lleguen para todos. Todo lo que pueda dañarle me asusta demasiado, tengo que relajarme y pensar: a todos nos tocan algunas cosas,... hay situaciones, sensaciones, momentos vitales, experiencias, etc que hay que vivir. Pero es que es mi hermano pequeño! me va a costar no tener miedo de que algo le haga mal, no querer protegerle de todo y de todos.

Nunca había dedicado una entrada a ninguno de mis hermanos, y es raro, pues en todo lo que habla de mí aparecen mis hermanos por cada esquina... Son para mí y para mi vida una parcela enormemente importante. Sé que les he hecho sufrir y hay ciertos momentos de mi vida que tengo muy guardados en mi mente y que recordarlos me hace sentirme fatal y muy en deuda con ellos, no sé como pedirles perdón por todo lo que han vivido, de muchas imágenes que seguro no se les han olvidado, y la culpa me llena y me inunda... Lo siento, las voces que escuchaba el verano pasado cuando no podía reaccionar se me repiten en la cabeza y me hacen sufrir pensando cómo he podido hacer tanto daño a las personas que más quiero.
No sé si se lo demuestro en el día a día pero no podría decir con palabras cuanto les quiero y cómo les necesito...

3 comentarios:

  1. cómo corre el tiempo... y cómo corre él por la banda!

    ResponderEliminar
  2. Cariño....ellos lo saben perfectamente, no hace falta ni que les digas, ni que les demuestres nada.

    ResponderEliminar
  3. Tus hermanos saben quien les quiere y cuanto les quieren, no hace falta demostrarles nada.
    Muxus.

    ResponderEliminar