¡PRUEBA SUPERADA!

¡Prueba superada!

No he muerto ni del bochorno del momento gorro, ni ahogada en la piscina (por poco).

El primer mal rato que me llevé fue enterarme de que tenía que bajar en albornoz en el ascensor hasta la -1... nada más abrir la puerta con un albornoz XXL pasó ante mis ojos un tío que también iba con la susodicha prenda, de la mismita talla claro... y creo que esta imagen de Igor y yo en albornoz y chanclas y un pavo exactamente igual ataviado pasando ante nosotros es de las más surrealistas que recuerdo.

Venga, ya estamos abajo, ahora a entrar al tema. Y nadie nos dice nada... entramos, y más desorientados que otra cosa nos dispusimos a deducir las cosas. Bueno, venga, primero sin gorro, para entrar en materia. Tengo que decir que con los bajones de tensión que he tenido estos días no me atreví a quedarme dentro de una sauna sola más de dos minutos, y ya me parecieron interminables pensando que cómo me encontrarían si me quedaba allí más de la cuenta, buff mucho miedo. Así que preferí los chorros en los pies, dicen que el contraste frió-calor es muy bueno para la circulación, yo no sé si es muy efectivo pasando por el agua fría batiendo el record de los 100m lisos pero los calentitos eran de lo más agradables.

Por fin me decidí a subir a las piscinas, jacuzzis, camas de agua, etc... me fui al baño a ponerme el gorro delante del espejo no por masoquismo sino por colocármelo lo más dignamente posible, esperaba encontrarme a Igor fuera de los lavabos, ¡Pero no! estaba metidito en una piscina y tuve que hacerme el caminito hasta él, me parecieron dos km, pero al llegar al agüita y teniendo en cuenta que todos teníamos gorros sinceramente se me olvidó que lo llevaba... con los chorrazos en la espalda ni siquiera notaba la presión en las sienes.

Agua calentita, y salada, muy muy salada, mi novio casi se queda ciego por "bucear" y si me bajaba la tensión con una bocanada estaría salvada. Tengo que reconocer que me gustó sentirme a remojo en ese lugar, no es una sensación muy habitual. Y relajada no sé, porque al salir seguía igual de bicho que siempre, con la cabeza a 1000 y la lengua a 5000, pero si olvidé mis pintas en el minuto uno, deduzco que me relajé, incluso en la piscina más grande, con más chorros y grifos a diferentes alturas, me cubría más arriba de la nariz, así que no pude posar los pies demasiadas veces, cuando salía agua para los tobillos tenían que avisarme para que lo probase :)

Una mini escapada que me ha hecho reafirmarme en mi sensación de que todo ha cambiado... nunca desde que yo recuerde había estado en bikini sin ningún tipo de agobio, salir del agua sin vigilar que nadie estuviera mirando, relajarme en una piscina, olvidar que no llevo camiseta y hay gente alrededor... son cosas que no había vivido nunca y me hacen más libre, me dejan (mejor dicho, me dejo) ser más feliz.

Una cosita más: a tu lado mis minutos pasan volando.