La casa de mis sueños

Hoy la he visto, existe!

Y no está en una isla del Mediterráneo, está en San Juan, a dos minutos en barca del lugar donde paseo con mi perra.
Una puerta justo antes de unas escaleras ;privacidad, eso es lo que me evoca, y mucha historia de cuento lo que me da a imaginar. Una puerta metálica delante de unas escaleras de piedra que llevan hasta la casa, un buen comienzo. Allí en lo alto está la casa, hacia un lado el mar y hacia el otro una verja de barrotes de hierro antes de otras escaleras de piedra que dan sabe Dios a donde. Me he encaprichado de esa casita con una figura de piedra de una Virgen metida en una Mini Bóveda en la fachada.

Hace ya unos años que San Juan me parece un lugar encantador. Un cruce de barca desde San Pedro y estás en un pueblo de puerto con calles de piedra que no podría resultarme más acogedor. Sentada en un murito respiro paz, y hoy por hoy la valoro tanto,... salir de la puerta de mi casa y sentir esa paz, eso es lo que quiero. No aislarme, pues en 10 minutos me pongo en cualquier lugar, en el movimiento más urbano, pero mi casa no la quiero en el movimiento, la quiero en la tranquilidad. Nunca hubiera pensado que llegara a querer encontrar mi estabilidad en un lugar sin una mega tienda en cada esquina, sin ruido, sin tráfico... ya iré yo en busca de todo esto cuando lo necesite o lo quiera.

Hoy es San Juan, porque he pasado la tarde paseando allí y esa casa me ha entusiasmado, pero mañana puede ser otro lugar... lo sé, mientras sea contigo no tengo un No a ningún sitio. Porque hoy soñaré con esa casa, y mañana con otra, pero dentro de la casa de turno con la que sueñe estamos los dos, o los tres, que mi Summer tiene un lugar allí donde yo me vaya. Te imagino agobiándote por los pelos que suelta al sacudirse, y respiro ahora que me has dejado claro que no eres de esos con costumbres de ahorro de agua por no hacer ruido.

Y es cierto, en mi lista de lugares dónde ahora mismo me gustaría vivir de mi entorno, no hay ni un lugar acelerado ni ultra urbanita,... ya no, el entorno forma parte de ti al fin y al cabo y lo último que necesito es algo que me dé menos tranquilidad de la que ya llevo conmigo de serie.

Algún día viviremos en nuestra casa, y puedo asegurarte que lo que más perturbará nuestra "paz" será Summer, mi pequeña neurótica suelta pelos... no el tráfico bajo la ventana ni la música desfasada de un bar con un gallo de luces en la puerta.