PENSANDO EN RESPONDER...

¿Quién soy? ¿De Dónde vengo? ¿Hacia dónde voy? ¿Es verdaderamente importante responder a tanta pregunta retórica para vivir en paz? Yo las obviaría todas, pero recordándolas a la vez.

No quiero nunca olvidar el "de dónde vengo" para tener claro a dónde no quiero volver. No hay que vivir en el pasado, pero nunca olvidar lo vivido para no idealizar lo que no tiene idealización posible, para temerle lo suficiente como para no querer volver nunca a repetirlo. Vamos, que si me tienta lo más mínimo retornar a alguno de los momentos pasados, sólo tengo que acordarme de los detalles que se me hayan pasado de largo al hacer el repaso de lo que ya he vivido. No todo ha sido malo, eso tampoco sobra tenerlo presente en los ratos en los que se olvida todo lo bueno, hay mucho con lo que sonreír recordando. Depende el día que tenga contaría mi pasado en tonos rosas o en negros y grises (no de equilibrio entre blanco y negro sino como tono oscuro),... y ningún pasado es tan extremo, una mezcla entre los rosas y los negros forman lo que debería ser el conjunto de vivencias de un pasado real.

Hacia dónde voy es más difícil de plantear, no lo sé del todo, pero no creo que nadie lo tenga claro al 100x100, y seguramente sea una manera más de frustrarse tener un camino trazado en la mente y ver que la vida no te lleva por él. Pararse a pensar por dónde seguir el trazado de la vida no va mal, sin tener una ruta hecha de antemano de principio a fin. Yo sé que quiero ir hacia una tranquilidad en ciertos aspectos, que quiero una vida en la que los sobresaltos no dominen y no esperar un sube y baja de acciones para mantener en marcha mi montaña rusa emocional. He asumido también que huir de la ciudad en la que vivo no es la manera de encontrar un "desde 0" en otro lado, aunque me tiente muchas veces la idea de: me voy y todo comienza....¿Qué comienza? Si realmente lo único que no puedo comenzar de cero aquí es lo que también me llevaría conmigo allá dónde fuese, las personas que quiero y a mí misma, el resto son variables, no son condicionantes del lugar en el que viva.

¿Quién soy? Qué miedito me daría preguntar por ahí a ver quién es Leire, ¡Parece mentira que no haya aprendido ya que la mayor crítica de mí misma soy yo misma! No hay nadie que me haya juzgado nunca con tanta dureza ni falta de respeto como yo me he valorado. El quién soy es algo en constante evolución, una pieza cada vez más pulida pero sin fin de construcción, nunca terminamos de conocernos, de crecer, de cambiar,...Cada persona que conocemos, historia que vivimos y lugar que visitamos deja en nosotros una huella que nos aporta algo que nos sumamos. Si me preguntas ¿Quién eres? Soy yo, hoy soy así, mañana seguramente algo haya variado. La base siempre he sido yo, más o menos oculta, con un caparazón más duro en ocasiones. Si bien he sido muy cascarrabias, muy cerrada hacia adentro, o mala algunas veces, todo eso ha menguado según he ido abriendo los ojitos a la luz y saliendo a que el sol de la vida real me deje conocerme y dejarme conocer... y sobre todo vivir una vida real a la que mis ojos estaban cerrados.

No quiero unas gafas que me hagan ver todo de color rosita, pero tampoco quiero llevar los ojos cerrados a la luz, preguntarnos cosas está bien si las preguntas exitenciales no se convierten en obsesiones que nos impiden vivirlas.

En poco tiempo he conocido que puedo andar en compañía, y eso no me resta individualidad. Porque me han enseñado que hay cosas que no restan, suman... y ser yo suma, ¿Qué más puedo pedir?