domingo, 13 de junio de 2010

DOMINGO DE TALASOTERAPIA


Hace un tiempo, no demasiado, no me hubiera creído si me contaran que hoy estaría haciendo una maleta en la que meter un bikini, unas chanclas y un gorro de natación y mucho menos aún que esa maleta no fuera una respuesta absurda a la pregunta no menos absurda ¿Qué te llevarías a una isla desierta?
No me voy a una isla desierta, aclaro aunque supongo que nadie se había quedado con la duda. Voy a Orio, a ver si la talasoterapia me relaja o me agobia, como me viene pasando con todas las cosas supuestamente relajantes que me ha dado por probar. Y encima con agua de por medio... relajarme no sé si me relajaré, eso sí, alguna risilla caerá seguro.

En ello estoy, aún haciéndome a la idea de que tengo que ponerme el gorro de piscina... (curioso que el bikini haya pasado a un segundo, tercero o incluso décimo plano a favor del maldito gorro). ¿Quién lo inventó? ¿Sabía que acabaría siendo obligatorio incluso en piscinas de veraneo y Piscinas termales? Porque si lo hizo sabiendo lo que vendría no era buena persona, seguro que está en el infierno compartiendo celda con el que creo los pantalones nevados y los de campanas fosforitos con dibujillos en la pernera.


Cuando ves a todo el mundo con él puesto te das cuenta realmente lo que nos adorna el pelo, y qué poquita cosa parecen algunas personas con la cabecilla redonda sin más. No sé si son mejor opción los de tela con la franja blanca en mitad del cebollón o los de silicona que te hacen parecer una asiática sin frente (con los ojos uno en cada sien totalmente estirados y la frente arrugadita bajo el gorrito).


Si vas a hacer natación, lo del gorro está asimilado como algo normal, parte del uniforme (supongo yo que no nado, pero en los nadadores no me parece algo ante lo que me entre la risa). Pero cuando vas a la piscina del pueblo y tienes que ponerte el gorrito para bañarte es que... paso, ¡no me baño! pasearte por un Spa con gorro también es de lo más chungo,... Y una duda existencial: ¿Por qué a mi padre le hacen ponérselo también?, es calvo, no es que piense que debiera estar por encima de las normas, es que hay veces que cumplir las normas sin ninguna razón me parece absurdo.

Pese a lo humillante que me parece el momento gorro de silicona, me alegro de que sea mi máxima preocupación unas horas antes de ponerme el bikini por primera vez desde hace un año (única ocasión en todo el verano tendría que recalcar)... No sé si es que ya no me importa, o que me importa poquito, o que el gorro de piscina ha eclipsado todo el miedo que me pueda dar mostrarme en bikini, el caso es que ahora mismo solo pienso en el momento en que Igor me vea por primera vez (y casi ultima supongo) con eso en la cabeza,...la sensación de ridículo se ve ligeramente aliviada al recordar que él también lo llevará puesto XD

A mi vuelta mañana comentaré si he sobrevivido a la piscina en la que ya me han avisado que no podré recibir chorros porque me cubrirá... jeje; a Eva Longoria le pasaría lo mismo...siempre me viene ella a la mente cuando nombro mi estatura, por cierto asumida y encantada; ella y un mini-frasco en el que pone POISON, extraña conexión.

A ver si hay suerte y no me pongo mala por tercera noche consecutiva... ¡Sería ya muy fuerte tener cuatro resacas imaginarias seguidas!

4 comentarios:

  1. face to face con gorritos... momentazo tirinero.

    ResponderEliminar
  2. tirinero no sé... una mica ridicul seguro que sí, pero bueno, los momentos ridículos tienen su encanto :P sobre todo si no eres el único que lo hace, mal de muchos consuelo de tontos

    ResponderEliminar
  3. lo del gorrito es un trago, yo no sé si colocármelo tipo casco, tapando pelo y media cara o ponérmelo tipo rabino, añade al gorrico que debo ir sin gafas, así que ando con casco y como don cegaton con los ojos achinados pensando que voy a ver algo más, en si me supone una tortura, pero sabes? me olvido de todo en cuanto entro en la piscina y veo que la gente está de ridicula igual que yo, aunque vean bien, así que como se suele decir mal de muchos consuelo de tontos.

    ResponderEliminar
  4. ¡Pero qué poco apañás que sois!
    Si os dáis una vueltica por el parque acuático cascantino hallaréis la solución a tanto quebradero de cabeza gorruno.
    Por allí no se plantean estos terrores porque han dado con la solución ideal.
    Se planta uno un gorrito de plástico de los que venden en el chino para darse el tinte y ¡sacabó el problema!
    Con su gomita fruncida para que no te apriete la frente, y su volumenn perfecto para que el peinado no se vaya al traste.
    Sin olvidar que hay con estampaditos variados en flores, rayados, abstractos... en diferentes texturas y grosores plásticos e inclusos transparentes para dejar entrever el pelo.
    ¡ay!..¡que no estáis a la última!

    y...purita...no me extraña que te olvides de todo al entrar en la piscina, ¡como no les ves piensan que ellos a tí tampoco!...no lo olvides...¡algunas andamos estupéndamente de vista por mucho que nos apriete la goma del gorro!

    ResponderEliminar