SUELO SALTAR

Me he pegado una siestita, y me ha pasado lo que me pasa en casi todas las siestas, paso de estar mega-dormida a abrir los ojos de un golpe y saltar de la cama, sin pensarlo, sin más ronroneos...

Estamos en mayo y mirando por la ventana cualquiera podría decir que es octubre con toda la tranquilidad... pero es mayo, y eso implica que luego vienen junio, julio y agosto, en algún momento tendrá que salir el sol. Tendremos que tener paciencia, un poquito más aún.

Me gusta saltar en sueños, cuando sueño que salto lo hago muy alto... o muy a lo largo. En mis sueños muchas veces lo hago entre huecos de ascensor, eso sí, bastante raros, son como ascensores unos al lado del otro y no hay paredes en medio, pero yo salto, salto muy fuerte, nunca me caigo. En mis noches de saltimbanqui no hay barranco que se me resista,brincando y corriendo llego a todos lados.Me pego carreras que ni el mismísimo Usain Bolt... nadie me coge... aunque siempre me siguen, aún intento descubrir quién y por qué.

También suelo pasar de piedra a piedra en ríos y montes... típica imagen de película de dibujos en la que los personajes saltan de piedra en piedra y luego resulta que uno es un hipopótamo en el mejor de los casos, y un cocodrilo en las que quieren darle un momento peligroso.

Esa soy yo, una persona con miedo a las alturas que sueña un día sí y otro no que sueña que salta muy alto, muy lejos... que casi vuela. ¿Será mi deseo enterrado de ir más allá? Mi subconsciente que me grita que hay que arriesgar, que hay que disfrutar, que ¡hay que saltar!