domingo, 16 de mayo de 2010

POCA TOLERANCIA AL ABURRIMIENTO



Hoy he empezado y borrado el borrador del blog unas cuantas veces a lo largo del día.


Y es que esto de llevar dos semanas de domingos no da mucho sobre lo que hablar, y si mi cabeza tiene demasiado tiempo para pensar ahora mismo no tengo muy claro sobre qué contar que da vueltas, pues, no me viene a los dedos nada que transcribir.




Tengo el umbral de aguante de aburrimiento más bajo del mundo. No sé aburrirme, me agobio y me pongo fatal, no sé no hacer nada, pero tampoco sé buscarme un quehacer para evitar ese punto final de agobio mortal. He tenido delante de mis narices los apuntes de sociología a lo largo de todo el día, pero abrirlos y tener que prestarles atención me resultaba un plan peor si cabe que penar en lo aburrido de no hacer nada. Difícil elección.... ¿Ronearme en un estado entre lo despierto y lo dormido o leer sobre la socialización según Webber? Seguramente me resultaría más útil aburrirme leyendo apuntes y quedarme al menos con un par de palabras por párrafo, pero los sueños semi dormida son de lo más enriquecedores.




Ahora estaba totalmente decidida a hacerme una lista de cosas por hacer para tener un guión que no saltarme mañana, pero ya me he saltado el punto number one: ponerme a hacer la lista... y en lugar de eso ya he conseguido sacar un párrafo en el blog, hablando sin decir nada, porque en realidad si me pongo a leer no he dicho absolutamente nada, me recuerdo a alguno de mis profesores... hablan, hablan, hablan y luego dejan fotocopias en la copistería, porque realmente de lo que dicen a lo que quieren que les digas en el examen hay un laaaaaargo trecho.




Si me pongo a recordar profesores hay unos cuantos que recuerdo con especial cariño, no sé si me enseñaron algo, porque la verdad que de conocimientos adquiridos en el cole no tengo muy clara su existencia...pero hay unos cuantos profes con los que recuerdo ir a gusto a clase, sin embargo también los hay que me hacían sentirme aterrorizada con la idea de entrar a sus asignaturas, por mi miedo a los idiomas, por mi susto ante salir a la pizarra... o por sus métodos humillantes a más no poder (un tema ese de los grandes métodos didácticos que tocaré en breve, prometido)




Y ahora, voy a cambiarme de ropa para sacar un rato a la perra, que debe estar igual de aburrida que yo o más,...mi chantajista emocional también aprendió de mí eso de no saber no hacer nada (o puede que eso venga de serie en todos los perros....)


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