lunes, 2 de agosto de 2010

Vacaciones en Trintxer-Ville


Estoy comenzando mi peculiar veraneo en Trintxer-Ville,... ciudad de vacaciones ¡Qué guay!, paraíso para el veraneante y complejo hotelero de nueva generación ^^ En realidad son unas vacaciones (que no viaje) en mi barrio, hospedada en mi casa, sin dejar de trabajar; esto último podría parecer un impedimento para unas vacaciones, pero no lo es, yo estoy de vacances.

Experimentando una semi convivencia que aún carece de las tensiones de una convivencia real, llego a trabajar en moto a las 9:30 de la mañana con el traje de agua pero sin gota de enfado, veo llover por la ventana mientras estoy tumbada en el sillón de mi hogar, organizo vagamente las tareas de ama de casa,... nada me parece mal hoy. Mañana trabajo de tardes, y después de mi cambio de turno de hoy desde que he salido hasta que vuelva a entrar mañana tengo casi 24 horas sin compromisos horarios... sí, nada de madrugar en lo que queda de semana :), queda confirmado que se le saca el lado positivo a las cosas si se les busca, que un mismo hecho puede ser positivo o negativo según tu prisma. En muchos momentos lo que resaltaría de trabajar de tardes sería la puta mierda de salir a las 10, pero hoy no le encuentro esa pega pues, sí salgo a las 10, pero no hace falta acostarse pronto para madrugar, y además tengo compañía desde el momento que salgo, y que vengan a por mí hace que el momento de salir de la tienda sea un reencuentro cada día, un rato esperado y pastelón ¿Por qué no?

Sí, podría hacer sol y calor, podría estar de vacaciones, podría tener más dinero para piñas coladas. Sería posible estar sentada en un chiringuito abanicándome y oliendo a pescadito frito, como no me gusta el pescado, me aburro en la playa y el alcohol me sienta mal, ya encontraré otro momento para irme de viaje a un lugar sin ninguna de estas tres cosas... y si tengo el momento puedo también hacer un esfuerzo y pasar por alto mi poco gusto por el pescado, mi pereza ante la idea de ir a la playa, y mi temor a las resacas, y correré hacia cualquier vuelo que me lleve a andalucía, porque aunque quiera ser positiva ante mis no-vacaciones y esté encantada con lo que este poco afortunado hecho me permite vivir aqui, me encantaría poder bajarme al sur y conocer ese duende del que tanto tantísimo he oído hablar. Dorarme al sol y pisar la Alhambra son una asigntura pendiente para el curso que viene.

Un yo nunca se desmiente hoy, otro más... yo nunca dejaré que me soben los pies, y mientras escribo esto suplico que un segundito de masaje más, porfi!! nunca más diré nunca.

1 comentario:

  1. la Alhambra es un lugar mágico...pero tb puedes hacer una parada intermedia en Valencia...tenemos playa, sol...pescadito frito no tanto pero hay buenas paellas..!!

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