jueves, 26 de agosto de 2010

calorazo mortal, yo busco sombra...

He bajado a la calle un momento, el tiempo justo para hacer dos recados en la acera de enfrente, el tiempo suficiente para sudar como un pollito. Si mi lógica aplastante de otros tiempos en los que pensaba que lo que sudara era proporcional a lo que adelgazaba fuese una realidad, después de estos últimos tres días me hubiera desintegrado ya por completo. En esta ciudad en la que un día diluvia y al siguiente hace el calor más húmedo y pegajoso imaginable nunca es previsible el tiempo del día siguiente (bastante si aciertas lo que pasará al salir del trabajo).



En esta semana de turno mañanero un día de tardes que me permite ronearme se agradece, muy probablemente no opinaré lo mismo a las siete de la tarde cuando la falta de clientes me haga trepar por las paredes y desear haber tenido que madrugar una vez más. Porque habiendo días de lluvia a puñados ¿Para qué meterse a un centro comercial hoy que hace calor? Sinceramente yo elegiría un día como hoy para pasar las horas de máximo calor bajo el aire acondicionado, pero claro, los adictos al sol y a lucir morenazo no pueden permitírselo en Donosti, tienen que pillar el tono más oscuro de marrón posible por si no vuelven a ver un rallo de sol en días...imaginar que se vuelven a poner blancos, ¿Qué sería de ellos entonces? Mucho mejor exponerse a morir de una insolación luciendo palmito en la Zurriola a 40ºC bajo el torrao. Reconozco mi tendencia a exagerar y el descenso a pasos agigantados de mi nivel de tolerancia a la exposición solar, pero en este caso hay una realidad: los días de calor brutal no son días de playa.

Al nombrar a la gente adicta no al sol sino a lucir moreno me viene el recuerdo de cuánto me llamaban la atención de pequeña las señoras mayores super arrugadas y morenísimas que veía en bikini en la playa, no sólo porque me sorprendía ver lo que me parecía una abuela tumbada en bikini, sino por el color tan oscuro que tenían, la de horas que pasaban sin moverse en la misma posición,...lo que más loca me dejaba de estos personajes era la marca blanca que se les quedaba bajo cualquiera de los pliegues del cuerpo, señal de las horas invertidas sin cambiar de postura, sin mover ni un milímetro el cuerpo, bajo el michelín ocultan su verdadero tono de piel pero eso da igual, porque no se ve.

Si alguna vez traté de ser una tomadora de sol profesional animándome a ir a la playa sola no tardé en desestimar la idea como factible,... los minutos tumbada en la toalla se me hacen horas, y no llego a verle del todo el sentido a sufrir para lucir, a estas alturas de la vida en la que los autobronceadores y solariums te dan lo que en la playa me costaría más de una lipotimia y más de dos tardes desperdiciadas por la repentina lluvia ya no tengo por qué hacer el esfuerzo de torrarme al sol. Siendo sincera tampoco uso ningún autobronceador ni voy al solarium, mis piernas dan fe de ello, mis hombros y mis brazos son agradecidos y han cogido un tono aceptable pero de mis piernas he comenzado a pensar que no sean mias, como si de unas piernas de plástico se tratara no soy capaz de matarles el blanco folio ni a tiros. No me importa, en verano soy muy fan de las medias negras opacas así que mi solución a las piernas de porcelana llegará con el fresquito otoñal.

Me quedan dos horas para que comience mi jornada laboral, unos días fuera de mi casa y siento como aún teniendo que trabajar, la situación especial de estar "conviviendo" de nuevo me ameniza mucho la rutina en agosto. Me huelo una tarde de mirar al techo, repasar el correo unas cuantas veces más de lo normal y aburrirme mucho, hay poca gente que piense igual que yo en eso de que los días como hoy son días para huir del sol y resguardarse si no en casa en un centro comercial al frestiquito del aire acondicionado y salir cuando el sol se haya adormilado, a las siete de la tarde es ya momento de terracear un poco,... Yo me lamentaré de la putada de tener que trabajar bajo el airecito acondicionado en un pedazo de día como hoy en el que seguramente no se me ocurriría exponerme al sol por muy libre que lo tuviera, eso sí, las horas van a ser eternas seguro, ¿Qué se le va a hacer? ya llegarán días libres para tumbarme a la sombra.

2 comentarios:

  1. yo fui una de esas adictas al sol!!y sin embargo este año he ido a la playa a tomar el sol 6 o 7 dias..no me gusta el tono excesivamente bronceado que se me pone..con un colorcito dorado basta..
    eso si..adoro la playa y el mar en otoño, en invierno...los paseos al atardecer..pero eso de vuelta y vuelta pasó a la historia. Además no me gusta tener al lado de mi toalla a las chonis ni los gallitos musculados..

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  2. sudando la camiseta gracias a la tapicería del coche, un camacho al volante en toda regla.
    donosti va de extremos, cada dia se confirma.

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