Hay veces que no puedo oír nada que me tranquilice, cada cosa que escucho me asusta más que la anterior y el silencio me afianza en mi temor a que mis inseguridades se cumplan y lo que hoy me hace feliz se desvanezca. Entonces, cuando no hay nada que me relaje comprendo que no es nada exterior lo que me pone en esa situación, nada sino yo y mis inseguridades, mi poco control sobre mis emociones. En lo que a sentimientos se refiere soy una novata y más expresamente en los agradables y es por eso que temo con mucha fuerza que sean una fuente no renovable y se agoten. Nada racional, nada real...no nacemos aprendidos,y a mí me falta mucho por saber; no a sentir de otra manera sino a no dejarme a mí misma liarme en la red de pánico.
Siento todo de manera desproporcionada, ante algo me puedo sentir la más fuerte del mundo, girarme y tener frente a mí alguien o algo con quién soy de nuevo la Lei de plastilina, y todo pincha y duele y me hace sentir ridícula tras el momento de estallido de sentimientos trucados por una mente que lo hace todo enorme, todo mal sentimiento ciega de repente mis ojos y sella mis oídos. Un abrazo y pocas palabras... porque las palabras las lío hasta creer oír lo que me temía.
Todo va bien, y lo sé, no tengo duda (aunque parezca mentira, no tengo dudas de que todo esté en su sitio). Toca estar tranquilo, intentar ver el mundo con una filosofía un poco más relajada y disfrutar el 100%, sin ratos de agujeros sin sentido. Mandar callar al miedo y las inseguridades... no tienen cabida en esto.
Ains... mencanta mencanta!!
ResponderEliminarCharles
tapa los miedos y no te detengas ni un segundo en ellos... no aportan res..
ResponderEliminarplántales cara y dales un bofetón!