HOY TAMPOCO ESTÁ

He tocado suelo y vuelto a este mundo, pero es un mundo en el que Summer ya no está. Un poco más tranquila y fuera de ese globo en el que estaba suspendida he sido capaz de recordar historias suyas y decirlas en alto, sonreír para terminar llorando desesperada por la rabia de que no puedo hacer nada, no hay solución para esto, se ha ido.

Pensar en ella me trae tantas sensaciones buenas... pero esos buenos sentimientos se enturbian por el dolor de saber que ya no está, y la angustia de pensar en no volver a verle, la amargura de pensar en que sufriera. Hace una semana estábamos en San Juan paseando y poco después tratando de llevarla hasta el coche sin que le diera un ataque del pánico por los ruidos, luego a San Luis a jugar con la pelota; ya no quiero volver a subir, con ella no puedo.



Si a algo me ayudó Summer sobre todas las cosas es a ampliar mi capacidad de querer, a aprender a mostrar cariño sin pensar en el juicio de otra persona, ella se dejaba querer y me quería sin juzgar.

Y aunque trato de seguir el consejo de todo el mundo cuando me dicen que recuerde lo bueno vivido y me quede con eso, aún no puedo, podré y no lo dudo, pero todavía no. Intento no machacarme buscando en mi mente el ultimo recuerdo que tengo de mi pequeñina, lo tengo muy claro en realidad: su carita mirándome mientras yo cerraba la puerta diciéndole hasta mañana, pero mañana no la vi, y nunca más la veré.

Sé lo feliz que fue los últimos dos años subiendo al monte cada día, saliendo con unos y con otros y disfrutando de todo lo que le gustaba hacer. Comiéndose la comida de los gatos cada vez que la llevaba con Igor a puntas, escondiendo la pelota de tenis en el cole pasando un huevo de traerla a cualquiera de nosotros, subiendo en el coche y sacando la cabeza con cara de velocidad aún llendo a 10 km/h. La comida que encontrase era para ella y a veces buscaba un poco más allá de lo superficial del suelo, encontrarse un bocadillo de jamón por casualidad en una bolsa sin nombre fue la ultima de las vergüenzas que me hizo pasar, siendo consciente de que eso estaba mal se escapaba de nosotros a comerse el bocadillo escondida entre coches, tragando como un ganso... Su ansia le hacía atragantarse cada vez que bebía agua de la fuente, le entraba la tos todas y cada una de las veces, de todas maneras siempre que olía una pedía agua, atragantarse era lo de menos si le caía agüita fresca a la boca después de una caminata por el puerto.

La primera vez que fuimos a Cascante Summer y yo con mi novio ella no nos dejaba besarnos, se ponía en medio o nos ladraba, reclamaba mi cariño y el de él si también caía, nunca había caricias de más para Summy. Poco a poco fue asumiendo que nos diéramos besos y nos lo permitía sin ponerse frenética, de hecho al segundo día allí ya lloraba si nos separábamos de piso en la casa, ella siempre quería tenernos a todos juntos. Las veces que más feliz la he visto era cuando salíamos de casa mis padres, mis hermanos y yo juntos, bajaba por la calle azkuene haciendo su mítico sonido de mono y rodeándonos a todos, haciendo siempre 100 veces los metros del camino que hiciéramos el resto, de adelante para atrás reuniendo al rebaño, era una pastorcita y hacía su trabajo mientras se ponía histérica de emoción por eso de salir toda la familia junta a la calle.

Las reuniones le ponían loca de contenta y pasaba un buen rato hasta que se relajaba y dejaba de tantear el terreno y saludar a todos, indecisa por elegir al lado de quién quedarse un rato, queriendo estar con todos y buscando siempre una mano que le tocara.

Hoy no hay un minuto que no piense en Summer, no hay un lugar al que mire sin recordar alfgo que hacía, sin imaginar qué estaría haciendo ahora... Aunque de nada sirva pensar en el : "Y si...." no puedo evitarlo del todo, mil maneras de que pasara la noche del jueves se me ocurren y la opción real se me vuelve insoportable.



Mi bichita me deja un hueco muy grande. Supongo que algún día no dolerá recordarla, pero siempre la tendré muy presente. La cafre más bonita del mundo nunca nunca nunca dejará de estar conmigo, nunca.