miércoles, 8 de septiembre de 2010

Hoy más que ayer...pero seguro que menos que mañana

Mientras espero a que el sueño me entre, sentada en mi escritorio pienso lo poco que me he sentado aquí. Es el mismo desde hace 16 años. Una mesita blanca con dos cajones y tiradores de bola rosa. Lo llevo viendo en mi espacio vital desde que tenía 9 años y el concepto que tengo de él es más de mesa de almacenamiento de todo lo que se te pueda ocurrir que de pupitre como tal. Ha formado parte toda mi adolescencia (y posterior) como propósito para el nuevo curso: tenerlo ordenado y cómodo para hacer todas las tareas. Nunca duró ordenado, y mucho menos sirvió para hacer las tareas (pocas tareas he hecho yo a lo largo de mi vida).

Pues eso, estoy aquí sentada y de verdad parece que hubiera sido útil sentarme más amenudo frente a mi mesita blanca y concentrarme en lo que tenía delante, al menos retenerlo hasta terminar el examen... Pero no, siempre ha sido un propósito efímero, el tiempo pasó y no me lamentaré de nuevo del tiempo perdido porque ya he reflexionado sobre ese tema antes, en el blog y en mi mente día tras día. No hay tiempo perdido sino invertido en otro tipo de aprendizajes extra académicos pero vitales.

Ultimamente el día a día es más real y eso tiene lado bueno y lado malo, como la mayoría de las cosas. Tanto mi novio como yo estamos trabajando ahora mismo y esto es la primera vez que se da desde nuestro comienzo. Hemos vivido unos meses con la facilidad de vernos porque en algunos momentos alguno de los dos tenía que cumplir su jornada, pero nunca ambos... y ahora cuadrar los ratos es más difícil pues ninguno de los dos tiene 24 horas libres a disposición de estar con el otro. Asumo que es lo normal en la adultez, pero me cuesta acostumbrarme a tener medidos los minutos que estoy con él en un día, sobre todo mis semanas de tardes. Reconozco que las ganas de verle se van acumulando hasta la hora en que me encuentro con él, y de repente verle entrar por mi puerta es una inyección de vida. Un síntoma más,esta acumulación de ganas de tenerle a mi ladito, de que esto es verdad y se afianza en mi interior...y por suerte también en el exterior.

Ahora que me he comido los caramelos que tenía para mientras escribía y a penas he dicho nada puede que cierre sin llegar a decir mucho más o que me centre ya que no hay caramelos distractores. Teniendo en cuenta que son las dos de la madrugada no aguantaré más escribiendo párrafos con la cabeza en Marte intentando generar algo para el párrafo próximo... igual no hay próximo.

La verdadera razón de que escriba sin decir nada es que aparto un primer impulso de escritura y por eso me cuesta redirigir el texto sin caer en lo que verdaderamente estoy pensando y sintiendo, no quiero caer en el pasteleo máximo y la verdad es que en este mismo momento solo me sale pensar en el amor que siento, en la persona que hoy por hoy me llena de vida,... solo me sale pensar en lo bien que me ha venido su cruce en mi camino, la ilusión con la que me ha inundado el día a día pese a conocerle habiendo perdido la esperanza de encontrar una persona que me complementara como lo hace él, pensaba que no existía, pero sí, y muy cerca, siempre cerca. No quería volver a escribir sobre esto, no quería resultar pesada, empalagosa ni invadir la intimidad de quien es más pudoroso que yo en esto de contar sentimientos aquí... pero ¿De que me sirve un Blog en el que evitar escribir en qué pienso y qué siento en este momento? Con una persona que me hace sentir persona, y mujer, querida y queriendo, que me hace sentir cosas que no conocía ni imaginaba....mi vida es mucho más vida, no solo por lo que él me aporta sino también por todo lo que él y su manera de ver las cosas me han ayudado a ver en mí lo que no veía, a respetarme y valorarme un poquito más, a quitar importancia a lo que sé que no la tiene,...a saber que puedo querer de una manera sana, que dejarme querer es un placer que nunca había sabido disfrutar. Y no es más que el inicio porque sé que no terminará, no puede terminar porque es lo que he estado esperando, ha llegado y yo me quedo. Quiero mimos! los quiero!!





Y ahora sí que voy a meterme en la cama a buscar mis sueños, ya es hora de viajar allá donde me lleve hoy mi cabezón y esperar que dé la mañana sin apenas sentir haberme dormido.

BONA NIT!

1 comentario:

  1. tu cuarto necesita un flexo urgentemente para la escritura nocturna...
    crea ambiente, y potencia la capacidad divagadora.

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