domingo, 30 de enero de 2011

Adorando a la recién llegada




Tras el letargo de los últimos diez días despierto e intentaré arreglar el abandono que ha sufrido mi blog en estos meses, en algunos momentos por escasez de ideas y en otros por falta de tiempo. Paradójicamente cuando tengo tiempo no tengo tema y viceversa.














Ultimamente mi vida gira en torno al nuevo miembro de la familia. Audrey se ha hecho con la casa y con nosotros, ya tiene sus "Txokos", vamos conociendo sus costumbres vitales, enseñándole lo básico (va pillando el concepto periódicos=WC, siempre y cuando no esté atontada por la siesta),... Recorrer este camino de nuevo resulta agotador a la par que entrañable, y es que por mucho que me queje por levantarme para darle paso a su baño a las 5 de la mañana en realidad estoy encantada con ella y todo este proceso de aprendizaje que hacemos los tres juntos.









Nos ha tocado una cafre en toda regla, yo que estaba acostumbrada a una perra miedosa y con poco afán de sociabilizar (sobre todo de cachorro), el desparpajo con el que Audrey se mueve frente a los demás canes me sorprende y me descoloca, esta nueva pieza de la familia vive sin miedo a nada.
La correa le gusta menos que sociabilizar con propios y extraños, hay que tirar de ella entre arranque y arranque de los que le dan a echar a "correr", que pase una persona a su lado es siempre una motivación que le incita a seguirlas y así al menos avanzar un poquito más del camino que aún siendo mínimo nos cuesta sudor y lágrimas, porque sí, si le mandas andar llora en un intento de que la cojas en brazos hasta que la presencia de hojas en el suelo o perros merodeando le hacen intentar saltar de los brazos al suelo.












Doy fe de su dentadura de agujas, he sufrido más de una y más de diez veces sus ganas de juego y su provecho a mis despistes, no se le puede quitar ojo ni uno de los segundos que pasa despierta, todo es apto para morder, sobre todo los apéndices humanos, nariz y barbilla son sus mordedores favoritos. Aunque tiene sus juguetes y les da caña son para ella una gran tentación mis manos y mangas,... ahí vuelve a jugar un papel importante el despiste, no se puede despistar uno si quiere conservar las mangas. Al ojo hay que estar también para recuperar la fianza del piso cuando lo dejemos, los muebles de madera son el blanco perfecto a sus ansias mordedoras.



La música amansa a las fieras, y según la melodía funciona con la mía, se adormila con las baladas, al menos de vez en cuando. Me gusta mirarla y verla frente a la tele ladeando la cabeza, como si le interesase el programa que estén poniendo. Hay algo que siempre le hace levantar la cabeza de sus siestas, el anuncio de HALLS; no falla, si suena la musiquilla del anuncio levanta la cabeza y vuelve al sueño una vez ha terminado. Otro sonido que le hace siempre prestar atención de la televisión son los anuncios de Hospital Central y la revista de Sálvame. En los dos aparece un latido de corazón y el pitido del pulsómetro, supongo que los pitidos le llaman la atención.




Finiquito el texto de hoy con una imágen que pasará a la historia de nuestra "family"; ahí está la fiera con su primer palo. :)















1 comentario:

  1. uff titánico rival duro donde los haya... me tendré que empñear a fondo o peligra mi cabeza...glub.

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