viernes, 10 de diciembre de 2010

Tropezando con lo que ves si miras

Hay cosas tan típicas que no solemos reparar en ellas. Por ejemplo, ¿En cuántas casa de este país hay un bodegón de frutas colgado de la pared del comedor? Suelen ser a menudo pinturas creadas por artistas de la familia, melocotones y manzanas se amontonan coronados por un plátano dentro de un frutero de cerámica. Yo sin ir más lejos tengo uno, dos jarrones mal ubicados en la línea de las dimensiones, con 50000 puntos de fuga y de dimensiones un tanto extrañas. En ese reparé pronto, pero sin darme cuenta creé en pocos días un bodegón viviente sobre mi mesa.

Horteradas sin sentido a parte, en nuestro día a día ocurren y vemos muchas cosas en las que no nos fijamos. Una señal en el suelo repentinamente, un Stop azul, compro muebles, vendo perros,... y cuando llega el momento de hacer uso de algunas de esas cosas, a moi al menos me cuesta caer en que tengo la solución delante de las narices, en esas cosas que vemos pero no miramos. Y la respuesta a muchas muchas dudas que parecen no tener solución inmediata está aquí, en mi cara y gritándome que les mire. Y es así como hoy he estado a punto de caerme al suelo tropezando con una Barbie que yacía en el suelo sin pinta de haber caído ahí hoy. No sé cuántos días llevaba esa muñeca en la acera, el pelo negro y grumoso hacía pensar que al menos desde ayer a la mañana que fue la ultima lluvia, no la había visto; levo días pensando qué hacer con todas las mías mientras vivo en una casa en la que me cuesta encontrar espacio para la ropa, pero la que había a mis pies no la he visto hasta que he estado a puntito de comerme la señal de Stop azul que hay delante de mi puerta de casa.

Otra cosa con la que puedes tropezar inconscientemente con suerte, y conscientemente si piensas con calma es con soluciones.... salidas al día a día, encuentros a búsquedas de cambio.

Vuelvo al lugar dónde comencé, y no me parece ni mucho menos una mala nueva salida, me veré las caras con mis rebajeros y rebajistas, un almacén de pantalones, una mesa de punto convertida en montaña de bolas, camisetas a 2'99 y gente que rebusca entre ellas,...de todo; me reencontraré a mí en el 131030. Vuelvo con el tito Amancio, a resguardarme bajo su manto de poder, no viene mal un parche "de momento". Suena increíble pero de vez en cuando echo de menos doblar camisetas y perfilar pantalones, sé que eso dura dos minutos, exactamente lo que tarda una tía en deshacer el trabajo recién hecho... aysss ahí está el espíritu de dependienta de grandes superficies. Doblar y rabiar a tiempo completo (completo si tienes la suerte)


Desde casa de mis padres, o sea, mi casa,.... en el portátil de mi hermano (que hoy ya no se queja por que me lo apalanque un rato, eso de haber dejado libre para él una habitación parece haberme dado points),... y descargándome el programa de Orange a ver si de una vez por todas alguna de las soluciones ofrecidas por el servicio técnico es el idóneo para mí, para solucionar mi relación de amor-ocio con Windows en su variable W7.



Y llega el finde, casearé, y bien agusto que hace fresquito. Pasearé, y me entrará el ansia de perrito para los caminos y parques de hierba que nos encontramos por casualidad en los alrededores de casa y bordeando el mar. En fin,... todo sigue bien.

1 comentario:

  1. uno que quiere comer del tito amancioviernes, diciembre 10, 2010

    los super prices de tito nos darán de comer!!

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