viernes, 29 de abril de 2011

último viernes de abril

Millones de años sin ponerme frente a la plantilla de nuevas entradas. Me faltan tanto la conexión a Internet como la fluidez de palabra cuando a escribir se refiere. Ninguna de las dos cosas ayuda demasiado a mantener vivo mi lugar en la red, supongo que son rachas y que volverá una temporada en la que me sea más fácil o me venga con más naturalidad ponerme como lo hacía antes con un bloc de papel o con el teclado del PC.

He vuelto al mundo del shopping desde el otro lado del mostrador, vuelta a encontrarme con la rutina de los horarios, las mesas de punto y los 19,99. No puedo quejarme, al fin y al cabo era lo que venía pidiendo desde que me quedé en paro allí por el mes de enero. Pero igualmente me quejo, es algo que nunca dejo de hacer, está en mi esencia. Nada que me haya quemado de momento, nada importante... Con mi retorno al trabajo de dependienta del gran imperio he vuelto a coincidir con un personaje de sobra conocido por mí de mi pasado en Bershka, una mujer que compra y devuelve ropa un día sí y otro también. En el centro de la tarjeta Affinity deben tener su foto enmarcada sobre la mesa de algún despacho, fichada seguro. Por lo que puedo comprobar no lo hacía solo allí puesto que ahora en otra cadena de la misma empresa he vuelto a cruzármela y me ha vuelto a cruzar la tarde. Miles de boletas anuladas, tickets cancelados y ventas y devoluciones hechas y deshechas porque ella tiene la manera correcta de hacer las cosas y punto. GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR.

Y sin haber comentado a penas nada se me hizo la hora de irme a mi casa, dejo la conexión en casa de mis padres y me marcho a cenar y ver la tele, me descuelgo de las redes sociales hasta que San Vodafone decida que es el momento o hasta que ponga de nuevo un pie en casa de mis padres o de los padres de mi novio, ellos siguen viviendo online.

No he podido ir de visita hoy, incompatibilidad de horarios y un perro que no puedo apalancar a diario, y me preguntas si me acuerdo de ti, te lo dije ayer, todos los días abuelo, mañana te veo.






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